LA AVENTURA DE UN MATRIMONIO, de Italo Calvino

El relato Laaventura de un matrimonio fue escrito por Italo Calvino en 1.958 y apareció publicado en el volumen Los amores difíciles en 1.970. Se trata de una historia cotidiana, un día cualquiera en la vida de un matrimonio de obreros italianos, carente de acción, así que nada tiene que ver con lo que tradicionalmente entendemos por “aventura”.

Calvino recurre al vocabulario de objetos ordinarios (objetos de aseo personal: jabón, dentífrico; utensilios para llevar la comida o la bebida: fiambrera, termo; prendas de vestir y complementos: portaligas, falda, horquillas, abrigo; y partes o elementos de una vivienda: calentador, fregadero, lavabo, postigos, cama) para adentrarnos en el hogar de esta familia modesta y consigue demostrarnos que en el seno de una casa como puede ser la nuestra o la de nuestros padres, en la rutina, también hay lugar para el romanticismo.


Arturo Massolari y su esposa Elida trabajan en fábricas pero tienen horarios diferentes, por lo que no pueden verse todo lo que desearían. Arturo acude al trabajo en turno de noche y, cuando regresa a casa, todavía su mujer está dormida. Ella, por el contrario, se va a trabajar por la mañana y vuelve a última hora de la tarde. No pueden compartir el lecho. En la cama, cuando uno de ellos se acuesta, solo, ante la imposibilidad de estar juntos, busca los “restos” de su compañero en el calor que a duras penas conservan las sábanas.

Sus particulares horarios les obligan a organizarse para realizar las tareas del hogar. Calvino enumera las labores que realizan uno y otro. Otra dosis de realidad para el lector. Los personajes hacen la cama, barren, ponen en remojo la ropa para lavar, hacen la compra, preparan la comida, lavan los platos… No es corriente encontrar estas actividades en las grandes páginas de la Literatura.


Las obligaciones cotidianas separan a la pareja pero el amor que sienten el uno por el otro los (re)une. Cualquier momento es bueno para abrazarse, para decirse una palabra dulce, aunque, como en toda relación, existen también momentos en los que los caracteres tropiezan, momentos de cansancio, y llegan  las discusiones. Pero, en el fondo, es una historia de ternura.

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