VOX POPULI de Villiers de L'Isle Adam (II)

Vox populi es una expresión latina que proviene del refrán "vox populi, vox dei" que significa algo así como que la voz del pueblo es la voz de dios. Pues Vox populi es el título del último relato que hemos leído en el Taller de Lectura y es obra del escritor decimonónico francés Villiers de L'Isle Adam.

La acción se sitúa en el tumultuoso hervidero de acontecimientos políticos y sociales que es el París de la segunda mitad del siglo XIX. El narrador nos ofrece dos localizaciones espaciales precisas: los Campos Elíseos, lugar de celebración de las victorias militares en Francia y la catedral de Notre Dame, centro religioso del país.



En cuanto a la localización temporal del relato, el narrador nos aclara al principio del relato que la acción que nos describe al inicio de la obra tuvo lugar doce años antes del momento de escribirla y a medida que avanza el texto, nos ofrece varias referencias temporales que coinciden con diferentes celebraciones, desfiles militares y cambios en la forma configuración política del país:Doce años sufridos desde esta visión!", "¡Diez años llevados por el viento...!", "¡Nueve años soportados desde ese sol turbulento!", "Y dos lunas más tarde..."

Varios aspectos llaman la atención tras la lectura de este relato. Por un lado, cabe destacar su estructura, basada en la múltiple repetición de tres expresiones a lo largo de la obra ("¡Gran revista la de aquel día en los Campos Elíseos!", en voz del narrador; "¡Compadezcan, por favor, a un pobre ciego!", fruto de la voz del personaje principal del relato, el viejo mendigo; y "¡Viva...!", las salves lanzadas al aire, voz en grito, por el personaje colectivo que es el pueblo), que nos recuerdan la estructura de un salmo o una letanía.

Por otra parte, llama la atención la predominancia absoluta de dos campos semánticos a lo largo del relato: el militar, asociado con los Campos Elíseos y los desfiles que allí tienen lugar (caballería, clarines, salvas, fragor de los tambores, desfiles, infantería, estandartes, corazas, baterías, fuertes, fusiles, guerra civil...), y el religioso, asociado con el personaje del mendigo y su lugar de cuestación (Te Deum, Lázaro, sagrado, oración, Pontífice, caridad divina, iglesia, profeta).




El viejo y ciego mendigo, es el principal personaje de este relato. Él representa con su salmo "¡Compadezcan, por favor a un pobre ciego!" la voz de la conciencia popular, ya que no sólo pide una limosna, sino que está rogando por el futuro de todo un pueblo. Por ello el autor se refiere a él con expresiones como las siguientes: Lázaro, Elegido del Infortunio, Voz inmutable, veterano de la humna miseria, Voz verdadera, vigilante nocturno, Pontífice de la Fraternidad o profeta, entre otras.

Se aprecia, asímismo, el desgaste de la gente producido por los constantes cambios de gobierno (emperador - república - comuna - mariscal) que no suponen ninguna satisfacción de las necesidades vitales de los franceses. Del entusiasmo, al aburrimiento, del frenesí al terror.

Para L'Isle Adam, todos los regímenes políticos son semejantes -todos se manifiestan pomposamente con un desfile y aclamaciones populares- y ninguno se ocupa de satisfacer las necesidades reales del pueblo. El pueblo, por su parte, es seducido por la artificiosidad y las muestras de poder y se aparta del misterio y de la religión para adorar a estos falsos profetas.

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